El segundo aire del Chocolate

Los especialistas decían que “Chocolatito” no volvería a ser el mismo después de ser noqueado ante Srisaket Sor Rungvinsai hace 5 años. Lo había logrado todo y no había necesidad de demostrar lo contrario, pero sucedió algo que muy pocas veces sucede en boxeo; año y medio después estaba de nuevo ganándole a tres campeones, aunque en una de ellas se la quitaron los jueces, pero estaba de regreso apostando a los más grandes.

Carlos Cuadra se hizo lento, Rungvinsai ya fue noqueado por la nueva generación y hasta el “Gallo” parece no ser el mismo después de dos COVID y su última pelea. Román demolió al invicto Yafai, le quitó la piel minuto a minuto a un joven campeón como Julio Martínez y fue más categórico en su segunda pelea con “El Gallo” pero los jueces no se la dieron.

La clave ha sido la misma, sacrificio, un esfuerzo desmedido, un talento natural que no merma y la disciplina para construir la nueva versión en el gimnasio. Chocolate es por mucho el peso pequeño que más dinero genera y esta segunda parte de su historia solo sirve para asegurar que su entrada al Salón de Fama del boxeo será de cabeza con todos sus trastes.

Muchos como Roberto Durán, Tommy Hearns, Ali, Tyson, Alexis intentaron regresar con el mismo fuego, pero el tiempo no perdona y se hizo evidente que la mejor versión había quedado en el pasado. Con Román no hay señales de un agotamiento, de un fastidio por seguir siendo la leyenda que es.

Chocolate no tiene nada que demostrar en sus próximos pleitos, pero está empeñado en dejar un legado, seguir ganando dinero y seguirse viendo bien en el ring. El tercer combate con Estrada era necesario en el plano económico, pero en el plano deportivo el nica demostró que ha sido mejor que el mexicano en las dos peleas y mucho mejor en la última.

Lo bueno de haber perdido la segunda es que generó mayor interés por la tercera y mucho más dinero.

Cuando vea a Román González subir al ring instalado en el desierto de Glendale este 3 de diciembre, solo piense que muy pocos daban un centavo por su resurrección. Algunos que aún no conocen la historia inevitablemente dirán “¿No es este el que estaba muerto y resucitó?”

By: René J. Pineda